Lobo, afuera
Así queda, insólitamente, el público visitante en el clásico, ante los desacuerdos por los lugares ofrecidos.
LA DERIVACIÓN DEL ASUNTO ES QUE SE VERÁN ESTOS ÚNICOS COLORES EN EL ESTADIO PLATENSE.
Por primera vez en la historia, el clásico de La Plata se jugará sin público visitante. La falta de acuerdo en el reparto de localidades hizo que se cortara por lo ¿sano?, tal como Olé reflejó en su edición del sábado pasado. El partido se programó para el sábado a las 16, tras un reunión en el Coprosede con representantes de ambos clubes: Bernardo Barrué, Marcelo Malaspina y Horacio Repucci por el Pincha y Walter Gisande y Fabián Cagliardi por el Lobo.
La historia se escribió así: como Estudiantes hará de local en el Estadio Ciudad de La Plata, ofreció 9.000 lugares a condición de reciprocidad para el Clausura. Pero para esa fecha, el Unico estará cerrado por refacciones, cosa que se sabe desde hace meses. A Gimnasia, entonces, le quedaba la chance de salir de La Plata o jugar en el Bosque, donde sus autoridades entienden no pueden ceder una cabecera entera. La posición de entregar 2.000 boletos al visitante, ofrecida por Gisande, no fue ni considerada por lo difícil de instrumentar una venta tan escasa. Y no cuajó la alternativa de llevar a Racing o a Mar del Plata el partido de febrero del Clausura.
Las medidas serán muy estrictas. No habrá reserva para evitar que se junten allegados de Gimnasia en la delegación. El Coprosede sólo dejará entrar a los jugadores (19, es decir los titulares, suplentes y uno más por cualquier contingencia), cuerpo técnico, médico, 4 utileros y entre 5 y 10 directivos con entradas de protocolo que deberán inscribirse en una nómina. Curioso: si un arquero visitante (Sessa o Bangardino, por ejemplo) sufriera un inconveniente en la entrada en calor habría que ir a buscar otro quién sabe adonde. Aunque públicamente se lo desmienta, la relación entre las dirigencias es tensa desde hace más de un año por chicanas recíprocas e interminables.
El festejo, con la Libertadores en mano, deberá hacerse temprano, sin interferir en el partido. Quedará sólo en los pinchas que acudan al Estadio. El resto podrá aprovechar la TV para tomar nota de un espectáculo en el que las mezquindades y la intolerancia ganan por goleada.
Fuente: Ole.
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